Una espectacular mezcla cromática de colores y olores dan luz a este bello paisaje de los Pirineos. Su flora, alcanza las 1500 especies, que cubren las faldas de todos los picos pirenaicos.
La madre selva, la oreja de oso o la corona del rey son algunas de las especies más exóticas, que se mezclan y dan color junto a los lirios y prímulas.
En los bosques, abundantes y frondosos, encontramos el pino silvestre, el abeto blanco o el haya, y si te acercas a los cursos de los ríos, sauces, abedules y fresnos no dejarás escapar.
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